La primavera ha vuelto a Granada. Después de semanas marcadas por cielos grises y un marzo especialmente lluvioso, por fin los primeros rayos de sol empiezan a quedarse. Los almendros florecen y las temperaturas nos recuerdan que es hora de volver a mirar hacia fuera, hacia ese rincón de casa que durante el invierno quedó relegado: la terraza. El aire huele distinto, y con él llega el impulso de renovar y prepararnos para disfrutar al máximo de los días más largos.

Una estación que invita a transformar

No hace falta vivir en un ático con vistas a la Alhambra para disfrutar del exterior. Incluso un pequeño balcón en el Realejo o en el Zaidín puede convertirse en el lugar más especial de tu vivienda. La clave está en mirarlo con nuevos ojos y dedicarle un poco de atención. Justo ahora, con el cambio de estación, es el mejor momento para hacerlo. Porque la primavera no solo cambia el paisaje de la Vega, también nos cambia a nosotros. Y qué mejor forma de acompañar esa energía que dándole nueva vida a nuestro espacio exterior.

Decora tu terraza con intención, pero también con libertad. No se trata de replicar lo que ves en revistas, sino de hacer que ese lugar refleje tu forma de estar y de vivir. Unas sillas cómodas, algo de verde bien distribuido y un toque personal pueden hacer magia. Tal vez sueñes con desayunar bajo el sol de abril o con leer al atardecer cuando la ciudad empieza a calmarse. Sea como sea, el objetivo es que el espacio se adapte a ti.

Un estilo más natural, más nuestro

En este 2025, la tendencia que marca la pauta sigue siendo la sostenibilidad, y en Granada cobra aún más sentido. En una ciudad tan ligada a la tierra, al agua y a la historia, las fibras naturales y los materiales nobles encajan como anillo al dedo. Maderas sin tratar, cerámicas artesanales, textiles de algodón o lino… todo lo que conecte con lo esencial gana protagonismo.

Las plantas siguen siendo las verdaderas protagonistas. Pero más allá del clásico geranio de los balcones del Albaicín, ahora se apuesta por especies locales, fáciles de mantener y que resisten bien tanto al sol de mayo como a los cambios bruscos de temperatura tan típicos aquí. Hierbas aromáticas como el tomillo, la menta o la lavanda no solo decoran, también perfuman y aportan frescura.

En cuanto a los colores, los tonos terracota, verde hoja y beige arena son los más demandados. Pequeños contrastes en negro o dorado mate aportan ese punto elegante sin sobrecargar. Y para quienes prefieren un ambiente más relajado, los azules pálidos evocan el cielo limpio de Sierra Nevada en primavera.

Funcionalidad con alma

Decorar no es llenar, es dar sentido. En terrazas y balcones, eso se traduce en buscar equilibrio entre estética y utilidad. Los muebles plegables o modulares permiten aprovechar al máximo el espacio. Los toldos enrollables o los parasoles móviles son grandes aliados para esos días en los que el sol aprieta de más. Y la iluminación cálida —con guirnaldas, farolillos o lámparas solares— marca la diferencia al caer la tarde.

No hay que olvidar los textiles. Cojines mullidos, alfombras pensadas para exterior y fundas resistentes a la humedad harán que la terraza no solo luzca bien, sino que invite a quedarse. Porque, al final, lo importante es que sea cómoda. Que puedas tumbarte a mirar el cielo o sentarte a charlar sin que nada te sobre ni te falte.

Decora tu terraza. Tu rincón en mitad del mundo

Granada tiene un ritmo propio, una energía que vibra en cada esquina. Pero entre su bullicio, también se agradece encontrar refugio. Tu terraza puede ser ese lugar donde el tiempo se ralentiza, donde el móvil se queda dentro y tú simplemente estás. Decora tu terraza pensando en eso: en que sea tu espacio de calma, de luz, de aire limpio.

Ahora que la primavera está en pleno despertar y el sol empieza a ganar la partida a la sombra, es hora de reconectar con lo sencillo. A veces, no hace falta más que un rincón bien pensado para sentir que estamos exactamente donde debemos estar. Y si ese rincón está en tu propia casa, mejor que mejor.